Mi impresión es que el amor sigue siendo el último
bastión que nadie se atreve a franquear, a cuestionar. Se plantea como algo
universal, ahistórico, intrínsecamente bueno, humano, positivo. Pero quizá no
hay un amor en singular, no hay un amor sin historia, no hay amor sin
relaciones de poder, de clase y de raza, quizá se puede vivir sin amor. Quizá
“el amor” es más complejo de lo que suponemos.
Javier Sáez – El amor es heterosexual
Alguien habrá alertado.
Se habrán escuchado voces o algún grito estridente.
Se habrán escuchado voces o algún grito estridente.
Nadie asoma.
Todas las puertas y ventanas cerradas cobijan vidas aletargadas por el sueño o la nada misma.
Todas las puertas y ventanas cerradas cobijan vidas aletargadas por el sueño o la nada misma.
Quizás detrás de la noche y de las puertas y ventanas cerradas ya no viva nadie.
Solo quedaron esparcidos sobre el suelo húmedo del callejón neblinoso, apenas visibles bajo las luces mortuorias , varios papeles ensangrentados y dispersos.
Los fueron recogiendo ayudados por linternas, tratando de que no quedara ninguno sin levantar.
Los fueron recogiendo ayudados por linternas, tratando de que no quedara ninguno sin levantar.
Intentaron armar el rompecabezas, darles una ilación, con dudoso resultado.
El orden de los papeles siempre podría ser otro.
Nada asegura que no se trate de otra pista inútil
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