miércoles, 30 de octubre de 2019

AFANTASMADA


La despertó el sol en la cara, miró su celular y vió que era ya bastante tarde . Intentó despabilarse. El primer murmullo mental del día fue una canción que hacía años que no escuchaba y que ni siquiera le gustaba. Se quedó un rato en la cama un tanto perpleja tratando de sacársela de la cabeza. “Aburrida y sin nada que hacer, afantasmada…” decía la letra


“Afantasmada” se dijo a sí misma. “A quién se le puede ocurrir poner esa palabra en una canción?...”.

Así estaba ese día. Aburrida y sin nada que hacer.

Buscó en su mente alguna tarea. Algo. Y se le ocurrió lo que se le estaba ocurriendo con frecuencia últimamente en los ratos de nada. Ir a charlar con el flaco del bar.

Pobre flaco, siempre estaba ahí, sentado en la misma mesa. Alguna vez pensó en pasar por ese bar a las cuatro de la mañana, cuando estuviera cerrado y asomarse por la ventana. Se imaginada irónicamente que el  flaco seguíría sentado ahí con un pocillo vacío delante.

A veces se da una especie de acuerdo tácito en las relaciones entre la gente. Como si ambos hubiesen firmado de común acuerdo alguna suerte de contrato que los compromete a seguir ciertas normas. En algunos casos puede tratarse de que cada vez que se vean bromearán acerca de una misma cosa. También puede consistir en algún tena de conversación recurrente. En otros, que una de las partes oficiará de confidente y la otra le  contará sus cuitas. Era este caso. Y eso suele funcionar porque cada una de los “contratantes” halla algún beneficio o necesita por alguna causa jugar el juego que le toca.

Ella no podía saber más que lo suyo. Le resultaba atractivo ir a aquel sitio a charlar con el flaco. En ese bar había algo como detenido en el tiempo. Y en el flaco también. Y ella muchas veces en su vida hubiera deseado detener el tiempo. Quizás para no perder lo que se pierde indefectiblemente, o tal vez meramente para no tener que tomar decisiones fastidiosas y postergadas.

Se duchó y después decidió que desayunaría en el bar. Se vistió, cerró las ventanas y cuando estaba por salir volvió sobre sus pasos y se puso un par de gotas de perfume en el cuello.

Entró al bar y sin fijarse si el flaco estaba, fue hacia la misma mesa de siempre, con la certeza de encontrarlo.

Él la vió llegar y le hizo una media sonrisa de bienvenida, como habitualmente, mientras llamaba al mozo antes de que ella lo hiciera.

_ Hola flaco, ¿cómo estás? _ le sonrió
_ ¿Cómo va, loca?, ¿todo bien?
_ Con ganas de desayunar…
_ Ahí viene el mozo…yo me voy a tomar otro café…

El mozo se hizo presente y esperó el pedido. Ella le indicó el suyo y él le hizo el gesto de repetir un café. El hombre lo miró al flaco y preguntó con picardía

_ Supongp que la vas a invitar, ¿no?
_ Obvio _ respondió el flaco con la misma media sonrisa de siempre.

El mozo asintió con un gesto inconfundible y fue por el pedido.

_ Vas a pensar que vengo acá para que me pagues el desayuno
_ Es un placer…
_ ¡Ah!, ¡entonces lo pensás!
_ ¿Porqué te preocupás por lo que pienso? _ replicó el flaco pronuciando lo primero que se le viino a la cabeza.

Ella sonrió sin decir nada y miró por la ventana hacia la calle, como quien no sabe qué responder. 
Después de un instante de silencio encontró su frase.

_ Igual, voy a pagar yo. Ya me invitaste muchas veces…
_ ¿Estás durmiendo mejor estos días? _ cambió de tema el flaco, queriendo dar a entender que lo del pago del desayuno estaba fuera de discusión y nuevamente quedaría a su cargo.
_ No me cambies de tema _ rió _ pago yo, ¿eh?...sí, mejor, duermo mejor… ¿Vos cómo estás de lo que me dijiste? _ dijo intentando no del todo conscientemente  recomponer el orden de las cosas y recuperar su lugar habitual de confesora.
_ ¿De qué?...¡Ah, sí! _ respondió , mal disimulando no recordar demasiado de qué le estaba hablando ella  _ casualmente tengo en el bolsillo de mi campera un papel donde hice un borroneo de la última conclusión que estuve sacando al respecto… _ dijo mientras sacaba de su bolsillo un papel doblado en cuatro, lo extendía y lo dejaba sobre la mesa para que ella lo leyera.

Ella dijo

_ Ah mirá…dejameló acá en la mesa , voy hasta el baño y cuando vuelva lo leo.

Él por un momento imaginó que ella aprovecharía su viaje hasta el baño para irse de allí y no leer el papelucho. Cuando la vió regresar del baño se recriminó su leve paranoia, aliviado.

Ella volvió a sentarse a la mesa, le sonrió,  tomó el papel levantando una de sus cejas y leyó en voz alta

_ A ver qué dice… “Es meramente contingente. La concurrencia de una modulación en la voz, un gesto, la mirada precisa y  el interlocutor adecuado en el momento propicio generan la ilusión de una bala trasadora que voluntariamente da en el blanco que ella misma crea, o de un blanco que se inventa la bala que finalmente después de tanta espera lo atravesará. Luego el paso del tiempo hace su parte y puede convertir a ese momento maravilloso, a partir de suspicacias y otros vicios, en un lamentable malentendido. El problema está en creerse que el tiempo existe. ..” _ se quedó mirando el papel y acotó _ no entendí nada pero igual suena bien…
_ Me imagino _ dijo el flaco , interpretando lo de “suena bien” como un cumplido
_ No, en serio. Ya te dije que me parece que escribís muy bien, pero ya te dije también que no soy muy ducha para descifrar metáforas, ¡jaja! ...¿no te llamó más, no?
_ No, ya debe haber conseguido un financista más solvente _ agregó, otra vez como quien responde con lo primero que la cabeza le dicta sin demasiada premeditación
_ Qué malo, no hables así…
_ No, está bien , era una ironía solamente…no creería tener ganas de que me llame
_ No sé si te creo… ¿nunca se te ocurrió llamarla vos? _ lo espoleó con cierta maledicencia.
_ Mirá, creo que ya te dije que estuve pensando que fue todo un malentendido unilateral de mi parte…
_ No creo, si es verdad todo lo que me contaste
_ Me creés demasiado…
_ No tendría por qué no creerte
_ Ah muy bien, debería saber agradecerlo _ dijo con cierto sarcasmo _ la verdad es que los recueros son mutantes, llega un momento que uno no puede decir la verdad acerca de cómo fueron las cosas aunque uno quiera…
_ Uno dice la verdad siempre, si tiene la intención, aunque las cosas no hayan sido exactamente así…

El flaco intuyó que ella había leído eso en alguno de esos posteos new age que la gente siempre lee y comparte. Y ella sintió un tanto artificial o poco espontáneo lo que él  acababa de decirle acerca de la memoria mutante. Sonaba casi como ensayado. Siempre había tenido la impresión de que el flaco tenía de antemano algunos recursos ensayados como para impresionar a los demás con frases ingeniosas.

Ella tenía la idea de que el flaco se estaba refugiando siempre en un personaje que se había inventado y que  era su protección porque en el fondo estaba muerto de miedo.

 El flaco también sentía que se había inventado un personaje de sí mismo pero no por miedo, sino para disimular su puesto de tiro desde donde medir la distancia desde su mirilla hacia la presa ocasional y lograr un tiro certero

Últimamente había comenzado a sospechar ser algo perverso.

_ La verdad es que soy un tiro al aire, siempre lo fui. Un freak... Para el "mercado del amor" _ y se sintió muy ridículo diciendo eso _ no creo reunir el mínimo indispensable de requisitos  como para que…
_ No entendés nada. No tenés que reunir ningún requisito. Sería muy fácil si no. Hacés la lista de requisitos mínimos, los cumplís y listo. Nadie sabe por qué quiere a alguien, entonces no hay atributo que valga. Podés llegar a ser el tipo más impresentable del universo, y sin embargo …
_ Bueno, como quieras…en realidad últimamente estoy dejando de creer en todo ese tipo de cosas
_ Si, ¿no?...son pendejadas_ se rió ella con la actitud de “no te creo nada” que al flaco le generaba bastante fastidio_ ¿sabés qué?, no tiene sentido negar las cosas…estuve pensando en vos y esta cuestión. Creo que el problema es que no hubo de parte tuya ni de parte de ella algo que significara un corte; es como que todo fue languideciendo y un día ni vos la llamaste más ni ella te llamó más sin que ninguno sepa muy bien porqué. No hiciste el duelo porque ninguno de los dos clavó el “The End”. Entonces vos te seguís armando situaciones posibles en tu cabeza.. ..
_ Y diálogos imaginarios…_ acotó él
_ Eso lo dijiste vos _ rió ella divertida, con la satisfacción de quien logra poner en evidencia al otro.
_ ¿Esta semana ya volviste a releer los whatasapps que se mandaron durante todo aquel tiempo, para seguir descifrando cosas? _ bromeó ella con  indulgencia
_ No ,no…¡qué pelotudo!, de eso ya me curé, en serio…

Ella rió con ternura.

El mozo trajo el desayuno para ella y el café para él.

Hicieron silencio un instante. Ella parecía con hambre. Él se dedicó a su café y la dejó desayunar.

_ Tenía hambre _ le dijo ella sonriendo con la boca llena _ ¡perdón! _ y terminó de tragar mientras se pasaba una servilletita por la boca.

_ ¿Por qué dejaste de llamarme? _ dijo él.

El gesto de ella tornó adusto

_ No sé Maxi, ya te dije, …_ dijo mientras apoyaba su taza sobre el plato

Pausa.

_ Lula, la reina de la ambigüedad…
_ Nada que ver Maxi… yo no tenía muy claro qué me pasaba con vos…vos me podrías haber llamado también…a lo mejor tu orgullo te importaba más que yo...

Pausa.

_ Yo hubiera querido saber de vos Maxi, más allá de todo yo quería que siguiéramos siendo amigos… _ dijo ella con los ojos vidriosos.
_ Lula, te dije que para mí era difícil, no sé por qué insistías en  presentármelo_ le tembló la voz a él con cierta rabia contenida
_ Vos me habías dicho que no había problemas Maxi, y no hacerlo me traía problemas con él…yo le decía que éramos amigos pero…
_ Vos sabés que a veces no sé muy bien porqué digo lo que digo , Lula…
_ Maxi, el rey de la ambigüedad _ intentó retrucar ella con prudente sorna y algo de resquemor.

Pausa.

Ella hizo un gesto como para llamar al mozo y pagar su desayuno.
_ No lo llames Lula, pagué yo cuando fuiste hasta el baño
_ Pero Maxi, ¿por qué? _ se fastidió _ bueno, muchas gracias, en serio…creo que mejor me voy yendo

Se paró, tomó sus cosas, fue hasta él y lo abrazó. Él la iba a besar en la mejilla pero sintió que ella se apartaba. Respetó sus códigos y también le dio un abrazo.

Ella caminó tres cuadras y algo la hizo volver. Sin saber por qué, quería ver si Maxi seguía ahí en el bar.
Desde la esquina alcanzó a verlo en su mesa, como si nada hubiera pasado. Ahí estaba. Se fue antes de que él pudiera llegar a verla .

Llegó a su casa y abrió las ventanas. Necesitaba aire.

Pasó el resto del día con la cabeza en blanco.

Se acostó tarde.

Después de dar vueltas en la cama durante un par de horas se quedó dormida.

La despertó el sol en la cara, miró su celular y vió que era ya bastante tarde . Intentó despabilarse. El primer murmullo mental del día fue una canción que hacía años que no escuchaba y que ni siquiera le gustaba. Se quedó un rato en la cama un tanto perpleja tratando de sacársela de la cabeza. “Aburrida y sin nada que hacer, afantasmada…” decía la letra


“Afantasmada” se dijo a sí misma. “A quién se le puede ocurrir poner esa palabra en una canción?...”.

Así estaba ese día. Aburrida y sin nada que hacer.








sábado, 19 de octubre de 2019

LA PARTÍCULA INCIERTA



El Poder sabe hacerte decir que todo está mal mientras te hace actuar como si todo estuviera bien.

El Poder sabe cómo hacerte sospechar que algo no funciona, para que la alternativa que imagines no sea otra cosa que más de lo mismo.

El Poder es el conjunto de mecanismos que hacen que cuando creas estar actuando para combatirlo, no estarás haciendo otra cosa que afirmándolo.

El Poder sabe cómo estabilizar todas las contradicciones (este posteo puede ser prueba de ello…)

Sí hay algo que lo inquieta: cierta locura (de la que él sabe que podés ser capaz), que te permita  desconfiar de tus propios deseos y de tus placeres; locura que difumine tu identidad sin reemplazarla por otra; la locura de una partícula subatómica incierta.

martes, 15 de octubre de 2019

EL GRAN ANESTESISTA - FRAGMENTOS


“…No diría que opera a nivel incosciente. No sé demasiado de psicología pero sospecho que el inconsciente es inapresable. Diría que funciona análogamente a como lo hace el deseo. Funciona. Es la palabra. Un mecanismo implícito en el modo de estar y de pensar que ordena el devenir  a través de un imaginario estructurado en torno a la posibilidad de saberlo todo; o de que todo puede ser visto, sabido y recuperado; de que toda la información está disponible en algún lado; en alguna red; en algún sitio de internet accesible a través de algún dispositivo de los que ya están disponibles o estarán disponibles en algún futuro inmediato.
En ese sentido quedará relegado al desván de los terrores nocturnos o a la febril paranoia la contracara de todo eso, su negativo, su reverso: hay algo que no debe ser sabido, que no puede ser dicho, que permanece oculto, que es inaccesible.
Pero esa pesadilla está neutralizada por uno de los efectos más logrados del Poder: la (¿casi?) imposibilidad de pensar el Afuera; de pensar lo Otro; no llegar al grado crítico de la sospecha, la que modifica el cuerpo.

(…)

Cada cual no podrá sustraerse más temprano que tarde al deseo de participar también con su propia existencia de aquella omnipresencia en tiempo y espacio; determinado por la necesidad de imaginar que está siendo “sabido” por alguien en todo momento. Esa necesidad es la que habilita al nuevo proxenetismo capitalista que extrae su plusvalía ya no de la fuerza de trabajo de los  cada vez menos que aún permanecen explotados y no han sido ya descartados, sino de toda forma de energía vital expresada y exprimida a toda hora en esa peculiar relación  que ha entablado cada sujeto con sus circunstancias a través de la mediación de dispositivos.
Esa energía vital expresada de diversos modos según cada singularidad pero que observa rasgos comunes y homogéneos tales como la insomne búsqueda de los quince minutos de fama que Warhol nos prometió a todos y cada uno; el síntoma de una febrícula narcicístico-egomaníaca, o la manifestación de un verdadero temperamento policíaco y tal vez la evidencia de alguna aspiración pontificia; expresado todo esto a través de las redes. Y aún la actividad de muchos que creen estar haciendo algo para cambiar las cosas. Toda la ingente energía de esas derivas vitales es el combustible del cada vez más rentable tráfico de datos.

(…)

La formulación grotesca de un caso extremo podría servir como buena metáfora tan distópica como descriptiva: el suicidio frente al aburrimiento definitivo y no ya frente a la desesperación, que estará algo pasada de moda; actuado entre la necesidad de convertirlo en un espectáculo y la falsa conciencia que consistirá en cortarse las venas con una pluma de ganso mientras se ensayan todas las selfies posibles hasta dar con la que se adecúe al imaginario estético de quien está queriendo efectivamente suicidarse…”


"El Gran Anestesista"  - Valencia Bearteaux