lunes, 17 de febrero de 2020

REPLICANTES



A la manera de un replicante que está comenzando a sospechar que lo es, pero con un horizonte más promisorio quizás, poco adaptable para la venta en un espectáculo glamorosamente trágico, ¿quiénes y cuántxs podrán desconfiar de sus deseos, y de sus placeres?

Un catálogo vasto de represiones y puniciones puede dar la idea de que hacerlo implique reprimirlos y castigarlos.

Nada de eso.

Se trata tan solo de mirarlos de frente, interrogarlos, suspender la sumisión a su vasallaje para tal vez hurgarlos, desmontarlos, desarticularlos, hacerlos añicos…¿ o no lograr hacerlo y volver una y otra vez al mismo sitio donde las singularidades quedan veladas por la producción en serie , acariciadas cada tanto por pasatiempos amables?

Que resulte tan arduo, o casi imposible imaginarles a los deseos o a los placeres otros modos, otras maneras, otras formas: es probablemente el indicio de que con ellos el Poder ha logrado uno de sus principales cometidos (y reaseguros): no poder pensar en otra cosa, no poder pensar por fuera de su matriz. No poder. No por miedo, sino…por placer.

Es difícil salir de un Orden que disciplina, controla y extrae ilimitadamente sin disgregar el material del que está hecho: lo que pasa a diario puertas adentro de nosotrxs, con nosotrxs y entre nosotrxs.

No se trata de cambiar un Orden por otro. Sería el mismo juego. todo orden es siempre una previsible, medible y controlable inmovilidad. Un estrago.


Sea tal vez recuperar el Movimiento Singular, desmarcarse, y no esperar del Nomadismo los  halagos del turismo de aventura sino tan solo un intento de respirar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario