miércoles, 26 de julio de 2023

TORPES Y HERMOSOS

Creo estar leyendo lo que escribió.

Es probable que sea yo quien escribe lo que creo estar leyendo.

No es eso lo que siento.

Por su parte, puede haber creído expresar lo que yo nunca leeré en lo que ha escrito. De algún modo, creyó escribir lo que en sí no ha quedado dicho, lo que secretamente queda más allá.

Quien cree leer, escribe y no lo sabe.

Quien cree ser leído, es escrito y no se entera.

Creemos comunicarnos.

Eso no sucede.

Es el caso particular de un modelo más general: pareciera no haber vida en común si no es creyendo cosas que no son.

Cuando el desencanto estalla, las astillas se recogen y atesoran con celo para recordar que eso no debería volver a suceder, sin saber que esos cristales rotos ya han sido reemplazados por un renovado embeleso.

Se vislumbra ardua la sobrevida en el terreno de la lucidez extrema.

Sin la fascinación no llegan muy lejos estos desvalidos animalitos gregarios que leen o escriben sus vidas intentando ser o parecer lúcidos y hacen todo lo que hacen de un modo casi siempre hermosamente torpe.

Y misterioso.

 

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