lunes, 29 de marzo de 2021

AFÁN TAIMADO


 

El credo sagrado de la propiedad privada está asistido por varias paradojas.

"Si la propiedad privada no existiera, no te faltaría nada"

Pero el sentido común se resiste con furia a tan solo imaginar la idea. Es pura neurosis. Nadie lograr imaginar nada por fuera del régimen propietario, por lo que la sola idea de la desaparición de la propiedad privada termina siendo la fantasía de que lo que les pertenece pasaría a otras manos. Y eso sería verse desintegrado, escarnecido, vilipendiado, afantasmado (afán taimado).

La fantasía de la identidad personal parece haber sido bastante efectiva para gobernar a la gente.

Hay otras derivas a raíz de estas cuestiones.

Cada vez más necesario para preservar la propiedad privada e intentar su improbable incremento ha ido siendo endeudarse. Es decir: someterse a un proceso paulatino de expropiación.

La gente solo quiere endeudarse, si es que aún no ha caído en los márgenes de un mapa que no hace más que encogerse. Y no tiene otra alternativa que endeudarse si es que ya se ha caído. En el primer caso los pagos comienzan reclamándose de manera amable, en el segundo, con un calibre más grueso y expeditivo, sin diplomacia previa.

Sera por eso que es tan frecuente el sueño húmedo de convertirse en prestamista. (estar en la cúpula, en la cima; es esencialmente ser prestamista. Los viajes, las posesiones, la ostentación, el reconocimiento social son sólo ornamentos, aunque eso sea lo que creen desear los más abotagados. La clave es ser prestamista, lo demás viene por añadidura y no es más que un señuelo cazabobos)

Ser usurero es arduo y gris. No importa. Se sueñan igual los ornamentos.

Para tener una financiera es necesario ser amigo de un narco o de un chacarero (ambos son muy similares en sus procedimientos, es casi lo mismo). Muy poca gente conoce a alguno. No importa. Se sueña igual.

Para fundar un banco la mayoría no tiene recursos. No importa. Se sueña igual.

No puede ser otra cosa que un fascista quien padece aquella neurosis o quien sueña su ambición de acumular y someter alucinando poder llegar así a la virtud moral, mientras despotrica por ser sometido blandiendo la bandera de la moral.

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